A continuación les transcribimos los mensajes de sus organizadores y ponemos a disposición, el libro de resúmenes del Congreso, donde se puede apreciar la cantidad y calidad de las ponencias participantes, destacando las numerosas participaciones que desde Uruguay, llegaron al CLCA.
El Equipo de Educación y Difusión de la Asociación Antarkos, se congratula de la particpación de estos investigadores uruguayos y felicita a los organizadores del IX Congreso Latinoamericano de Ciencia Antártica, realizado en Punta Arenas, Chile.
Antártica, más importante que nunca
En 1959, cuando se firmó el Tratado Antártico, debe haber sido difícil, sino imposible, prever la
importancia que tendría el Continente Blanco para la comprensión de fenómenos naturales
contemporáneos. Aunque los Años Polares Internacionales ponían de relieve, cada vez con más
argumentos, el rol clave de la Antártica en la ciencia moderna, prevalecía la imagen congelada,
estática, de un continente detenido en el tiempo.
Sin embargo, los ojos de los investigadores de decenas de países están puestos en las altas latitudes ya casi con un sentido de urgencia: no se puede entender lo que pasa hoy en el planeta (y más grave aún, lo que pasará) sin que sepamos primero qué sucede en los polos. Los científicos de Latinoamérica no son espectadores de este hecho. Son protagonistas del avance del conocimiento polar, como está claramente demostrado en este extraordinario congreso, el más grande que se haya organizado hasta la fecha. Por cierto, ninguno trabaja aislado, sino que es parte de una red enorme, que trasciende continentes, mares, idiomas y culturas. Más de 350 hombres y mujeres (ellas con una presencia cada día mayor), se han congregado en Punta Arenas, ciudad de reconocido patrimonio histórico polar. Representan a 15 países con presencia antártica y mostraron más de 250 trabajos de investigación, ya sea en su modalidad oral (127) o de póster (124).
Fue en agosto de 1897, hace ya 120 años, que Adrien de Gerlache de Gomery (1866–1934), oficial de la Marina belga, dejaba el puerto de Amberes al mando de la primera expedición antártica de carácter científico. En su tripulación, una verdadera tripulación “dorada”, estaba Georges Lecointe (observador geofísico, belga), Roald Amundsen (segundo oficial, noruego), Frederick A. Cook (médico, estadounidense), Henryk Arctowski (geólogo, oceanógrafo y meteorólogo, polaco), Emil Racoviţă (zoólogo y botánico, rumano), entre otros, cuyos nombres forman parte de la toponimia austral y de bases y otras plataformas logísticas. Como verán además, no era solo una expedición científica, sino que era una expedición internacional.
El 1 de diciembre de 1897 esta variopinta tripulación ve la desdeñada silueta de una joven Punta Arenas, puerto clave en las navegaciones interoceánicas, sin la competencia aún del canal de Panamá, y que comenzaba a unir su nombre al de gran parte de las expediciones de esta época heroica de la exploración polar.
Al regreso y luego de quince meses de arduo trabajo, donde Gerlache y sus hombres redibujaron la cartografía de amplios sectores de la península Antártica y trajeron una valiosísima información geológica, glaciológica y biológica, Amundsen escribiría en su diario: “Punta Arenas ha crecido sorprendentemente. Hay luz eléctrica y teléfonos en todas partes, han pavimentado y hay tiendas grandes y elegantes… La moral y las costumbres de la gente también han cambiado. Antes se solía deambular desastrado diariamente. Ahora se debe andar vestido a la última moda. El sector portuario está notoriamente más activo que dos años atrás. Grandes buques, tanto de cargo como de pasajeros, vienen y van todos los días”.
Tras 120 años, la necesidad de trabajar mancomunadamente, con genuino espíritu antártico internacional, se mantiene, pero los desafíos de la ciencia son mayores. Mientras esas exploraciones buscaban hacer las primeras descripciones geográficas y naturales del territorio, las actuales intentar correr el límite del conocimiento y comprender las proyecciones y consecuencias de los fenómenos polares para el resto del planeta. Se trata de una exploración que nos revela un nuevo valor simbólico para ese territorio y representa, por ello, nuevos desafíos y oportunidades para la ciencia latinoamericana. Las investigadoras e investigadores de Latinoamérica han estado a la altura del desafío y nos presentan hoy los resultados de sus afanes. No es casualidad que, a pesar de sus múltiples compromisos, la nueva presidente del Consejo de Administradores de Programas Antárticos Nacionales (COMNAP), Kelly K. Falkner, y el presidente del Comité Internacional de Investigaciones Antárticas (SCAR), Steven Chown, hayan aceptado generosamente la invitación a asistir a este congreso. Eso habla de la importancia y respeto que ha alcanzado la ciencia polar latinoamericana en el concierto científico mundial.
Nuestros ciudadanos, los que pueblan América Latina, esperan noticias nuestras. Debemos ser capaces de usar todas nuestras capacidades para mostrar, sobre todo a las nuevas generaciones, la importancia de la Antártica para el clima, el planeta y nuestras sociedades. La comunidad científica antártica debe asumir así, su rol educativo y cultural, permitiendo a los ciudadanos conocer y apreciar la belleza y vulnerabilidad de un continente al que estamos más unidos de lo que aparenta.
Gracias a todos, a todas por el conocimiento compartido en estos días y sean bienvenidos, una vez más, a una ciudad y a una región que vibra con fuerza al llamado de su vocación antártica.
Dr. Edgardo Vega Artigues
Director
Instituto Antártico Chileno (INACH)
PREÁMBULO
Un especial agradecimiento al dúo Lluvia Ácida, grupo magallánico de música electrónica, integrado
por Héctor Aguilar y Rafael Cheuquelaf, quienes han preparado una nueva obra musical denominada
“Ciencia Sur”, compuesta para el IX Congreso Latinoamericano de Ciencia Antártica.
Este encuentro, que cumple doce años en 2017, tras iniciarse en Argentina el año 2005, tiene por objetivos evaluar y difundir los avances de la ciencia polar antártica latinoamericana, todo en el contexto de las preguntas globales que aquejan al Continente Blanco y que se resumen en las ochenta
preguntas del SCAR Horizon Scan
El Horizon Scan fue un gran ejercicio que ha permitido dar un marco conceptual a los Programas Antárticos Nacionales (PAN). Las direcciones futuras de la ciencia en Antártica y el océano Austral se determinan, en gran medida, por la inversión de los PAN, la gran fuente de financiamiento de los proyectos científicos. El Horizon Scan provee una buena manera de nacional, más allá de los objetivos nacionales.
Sin embargo, el crecimiento de la ciencia antártica latinoamericana impone nuevos desafíos.
De publicar diez artículos anuales en 1988, hoy los países latinoamericanos publican más de 380 artículos WOS (estadísticas del Web of Science) en 2017.
Los latinoamericanos publicamos ahora más, pero ¿en qué idiomas? La evolución de los idiomas en que comunicamos nuestros resultados muestra que en el año 2000 el 80% de los artículos era publicado en inglés, un 12% en español y un 5% en portugués. 16 años más tarde, el 96% son artículos en inglés, respondiendo a la necesidad de comunicar en el idioma universal de las ciencias y al incremento de la colaboración internacional. Las revistas predilectas han sido Polar Biology (7,8%), Antarctic Science (3,5 %) y Ameghiniana (1,5%), pero crecientemente se ha comenzado a publicar artículos antárticos en revistas de especialidad, con factores de impacto que las colocan en el primer quintil.
A pesar del incremento del número y calidad de las publicaciones antárticas latinoamericanas, seguimos teniendo una gran brecha, dada fundamentalmente por la discontinuidad del financiamiento, reglas claras que favorezcan la participación de científicos y un marco general de transparencia y concursabilidad.
Un reciente análisis compara la productividad científica antártica de 50 países. La búsqueda en la base de datos WOS encontró 54.935 artículos publicados en 976 revistas científicas desde 1988. El 69 % de las publicaciones tuvieron su génesis en cuatro países: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Australia. Argentina aparece en el lugar 13, Brasil en el 22, Chile en el 23, Colombia y Uruguay en los lugares 47 y 50. Sin embargo, si hacemos el mismo análisis de los 50 países que más
publican en ciencia antártica, pero para el intervalo 2012-2016, es decir, los últimos cinco años, Argentina se mantiene en el lugar 13, Brasil sube al 14 y Chile al 16. Colombia y Uruguay también
suben al 39 y 46 respectivamente. Los cuatro países líderes del ranking se mantienen con porcentajes cercanos al 70% de la producción total para el intervalo, pero los cinco países latinoamericanos dentro de los 50 países representan un 11% de la producción mundial de 2012 a 2016, mientras que para el intervalo 2007-2011 solo representaban un 7%.
Estas cifras representan un estímulo potente a nuestros programas y un desafío para las naciones del continente más próximo a la Antártica: el desafío de hacer ciencia de trascendencia para nuestros pueblos, sustentable en el tiempo y que colabore a responder las grandes preguntas que asoman en el horizonte respecto a la Antártica. El Congreso Latinoamericano de Ciencia Antártica es el espacio natural para cultivar el sueño de un continente consignado a la paz y la ciencia.
Dr. Marcelo Leppe Cartes
Presidente
Comité Nacional de Investigaciones Antárticas, CNIA-SCAR Chile
Libro de Resúmenes del IX Congreso Latinoamericano de Ciencias Antárticas - Chile 2017 by Antawa on Scribd
Publicado por Antarkos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario