¡Reapareció Copos de Nieve!
Editorial
Un nuevo ciclo comienza. Empieza hoy la tercera época de Copos de Nieve y retornamos a ustedes con muchas ganas.
Sentimos el apoyo que nos dieron cuando debimos suspender las ediciones de esta revista digital y sentíamos estar en deuda con ustedes.
En este nuevo ciclo, la revista digital Copos de Nieve, será el vocero del Centro de Estudios Antárticos y Polares, que se está conformando bajo la coordinación de varios miembros de la Asociación Civil Antarkos.
Este Centro de Estudios, pretende difundir no solo la actividad antártica que se realiza en nuestro país, sino también lo que ocurre en las regiones del Ártico, pues para comprender los problemas complejos del cambio climático y cómo esto afecta a nuestro medio ambiente, es necesario conocer y comparar ambas realidades.
En 2014, nuestro país cumplirá 30 años de presencia permanente en el Continente Helado, pero la actividad antártica se remonta a mucho tiempo atrás.
Como prueba de ello, en 2016, se cumplirán 100 años de la primera misión de un buque de bandera nacional a latitudes antárticas, cuando el navío Instituto de Pesca B1, navegara en aguas antárticas en el intento de rescate de los náufragos de Shackleton.
Pero si seguimos remontándonos en el tiempo, desde mucho antes, también hubo uruguayos participando en expediciones pesqueras y científicas en las épocas del descubrimiento heroico de las regiones más australes del planeta.
Hoy empezamos a introducirnos en un nuevo universo, donde ya consolidadas las plataformas logísticas, es posible dejar de pensar en las vías de aproximación, aspirando a concretar los proyectos de investigar y conocer en profundidad lo que estaba ante nuestros ojos desde tiempos inmemoriales.
Se debe pasar ahora a una etapa de mejora cualitativa, en donde las diversas instituciones del Estado asuman el compromiso que les corresponde y se avance hacia el conocimiento de nuevas fronteras.
La actividad científica tiene un rol preponderante en esta etapa, pues ya existe una masa crítica de investigadores con experiencia polar y se puede pasar entonces a la siguiente etapa, la de enseñar a otros investigadores más jóvenes, para que se aventuren a descubrir los secretos de las regiones polares, que guardan entre sus hielos formas de vida desconocidas hasta ahora y que podrían revolucionar los actuales paradigmas de nuestra generación.
Recientemente se firmó un Convenio de Cooperación entre el Instituto Antártico Uruguayo y la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.
También están en trámite, la firma de convenios similares, con el Instituto Clemente Estable y con la Facultad de Química y seguramente otros seguirán.
A partir de la firma de este convenio, se concretará una Escuela de Verano, donde un grupo de jóvenes científicos, seleccionados por la Unidad de Estudios Antárticos de la Facultad de Ciencias, concurrirán a la Base Artigas en la Antártida, para realizar investigación en el terreno y para recibir clases de temas relacionados a sus áreas de estudio.
Esto significa realmente un salto cualitativo… aunque queda mucho por hacer.
Para que esto se consolide y se pueda seguir mejorando será necesario disponer de fondos específicos destinados a investigación en regiones polares y además será necesario establecer una cátedra que resuma aspectos de normativa antártica y supervivencia en regiones polares.
El Profesor Julio C. Musso, ya reclamaba en 1970 que la Universidad debía tener una cátedra de esas características para enseñar una especialidad que él llamaba “antarticología”.
En ese camino marchamos... sigamos trabajando.
¡Hasta el próximo número!,
Albatros
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