El Instituto Antártico Uruguayo (IAU) y la Comisión del Patrimonio de la Nación coincidieron en la necesidad de poner en valor histórico cultural los vestigios de un barco del siglo XIX, próximo a la Base Artigas. Consideran, además, que esto significaría un aporte a la historia marítima nacional. El IAU promueve crear un área interpretativa que integre los restos del buque y aspectos de fauna y flora para su divulgación.
“Patrimonio cultural en la Antártida: restos del naufragio de Punta Suffield, en la Base Artigas” fue el nombre de la conferencia que el jefe de Relaciones Públicas del Instituto Antártico Uruguayo (IAU), coronel Waldemar Fontes, protagonizó en la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación.
El jerarca del Ministerio de Defensa informó que, desde 1995 al presente, el IAU preserva, a una distancia de 300 metros de la Base Científica Atlántica Artigas, los restos de un naufragio aún no identificado.
El lugar se encuentra en el extremo suroeste de la isla Rey Jorge, que integra el archipiélago Shetland del Sur. En el área se fundó, el 22 de diciembre de 1984, la Base Artigas, a 3.012 kilómetros de Montevideo.
Fontes expuso este martes 6 ante un auditorio, en el que se encontraba el director general de la Comisión del Patrimonio, Alberto Quintela, técnicos de esta repartición y del IAU.
¿Ballenero, lobero o foquero?
El disertante sostuvo que los vestigios dispersos llegaron a la costa desde algún lugar de la bahía Maxwell, frente a la referida isla, y fueron depositados por el mar en la costa pedregosa.
Se presume que los restos pertenecieron a un buque ballenero, lobero o foquero que operaba en la región, durante el siglo XIX. Este pudo haber recalado en el puerto de Montevideo o incluso operado en el de Maldonado, aspectos que lo vinculan al territorio uruguayo.
Se trata de piezas estructurales importantes de la cubierta de una embarcación, aunque pueden pertenecer a más de un navío, y que comprenden: mástiles, escotillón, varenga y diversas piezas metálicas, que están expuestas a las condiciones climáticas adversas.
Los vestigios encontrados coinciden con unidades de las medidas británicas (pulgadas y pies) lo que permitiría develar la posible nacionalidad del buque, además de la madera utilizada, pinácea, una conífera que era empleada en navíos británicos y estadounidenses.
Durante la presentación, se indicó que a un lado de los restos del naufragio fueron incorporados carteles que sugieren, a los ocasionales visitantes, no sustraer ni tocar las piezas.
Área de interpretación
En 1995 los investigadores Jorge Ortiz Sotelo y Leonel Cabrera registraron el área. Desde entonces otros arqueólogos de diferentes nacionalidades recorrieron la costa. Además, expertos bucearon en ese sector de la bahía, efectuaron un relevamiento subacuático en busca de otros restos materiales, aunque sin resultado positivo, lo que denota un creciente interés por el valor patrimonial del área.
Fontes mencionó que en otras áreas externas a la Base Artigas hubo investigadores que relevaron más vestigios de buques, asentamientos balleneros históricos, tumbas y fósiles que revisten interés científico.
Quintela coincidió con Fontes en la necesidad de poner en valor histórico y cultural los restos del enigmático barco como forma de “rescatar parte de la historia marítima nacional”. Para esto, ambos jerarcas expresaron la disposición en acordar líneas de investigación comunes entre las dos instituciones.
Fontes dijo que la necesidad de relevar los restos del naufragio y de saber de qué barco se trata contribuirían a su designación como sitio o monumento histórico. El IAU propuso establecer un área de interpretación que, además de los referidos vestigios históricos, comprenda flora y fauna. Ello redundaría en beneficio de la protección patrimonial cultural del área y su difusión, dentro del marco jurídico del Tratado Antártico, del que Uruguay es miembro.
Fuente: Presidencia.gub.uy
Montevideo, 9 de agosto 2013